La vocación del ser humano es dejarse amar por Dios
A lo largo de toda la historia de la humanidad, los filósofos pensadores y escritores se han preguntado por el ser y el quehacer del hombre. De diversas maneras han dado respuesta a la pregunta: ¿Qué es el hombre?
Los POETAS han definido al hombre envolviéndolo en cierto halo de nostalgia, misterio y angustia. HORACIO en sus célebres obras, escribe: "Somos polvo y sombra". LAMARTINE, poeta francés, describe al hombre como: "Limitado en su naturaleza, infinito en sus ansias, un dios caído que se acuerda del cielo". Y, finalmente, el poeta colombiano BARBA JACOB exclama: "Era una llama al viento y el viento la apagó".
Así, también, los FILÓSOFOS y PENSADORES se aproximan a la realidad del hombre. ARISTÓTELES lo define como "un animal racional". Para PLAUTO "el hombre es un lobo para otro hombre" y GOETHE concluye: "Cuanto más hombre te sientas, más te asemejas a los dioses".
Y, ¿Desde Dios qué es el hombre? Es reflejo de Dios. Fue creado a su imagen y su semejanza. La vocación del ser humano es dejarse amar por Dios, aceptar la invitación a ser su amigo y responder con docilidad a su proyecto creador, para llegar hasta el final del deseo de Dios: ser verdaderamente hijo suyo.
Por eso, afirma el libro del Génesis: "Dijo Dios: 'Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra... y creó al hombre a imagen y semejanza suya. A imagen de Dios los creó; los creó hombre y mujer" (Gn 1, 27 - 29). Ser creado a imagen y semejanza de Dios significa que lleva la marca, el sello, la firma de Dios-creador. El hombre por lo tanto es imagen de Dios, pero por la torcedura interior que hay en su corazón, pierde su semejanza. La vida del hombre, entonces, será una búsqueda constante para recuperar la semejanza perdida y así, llegar a ser "Dios en Dios por participación", como lo dice san Juan de la Cruz.
Queda entonces la pregunta: ¿Hacia dónde va el hombre? ¿Cuál es su destino final? Algunos pensadores quieren convencernos de que la existencia del hombre acaba con la muerte y en efecto, que la vida y la muerte, son el absurdo más tremendo. Por eso, "comamos y bebamos que mañana moriremos", parece ser para algunos el sentido de la vida. Todo es, desde este punto de vista, "una fatiga inútil".
Pero, desde Cristo, revelación total del proyecto de Dios, la muerte no es el final de la vida, sino el inicio de la vida verdadera. Es solamente un paso definitivo del camino. Es el cumplimiento total del proyecto creador de Dios. Es un reto a la realización personal, a la maduración de nuestra vida, a la victoria y el triunfo definitivo. Es, sencillamente, un canto de alegría.
Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS? ...
Y ahora, quisiéramos saber ¿Qué es para ti el hombre?
¿Qué tipos de hombres tiene la sociedad de hoy? ¿Cuál crees que es el sentido de tu vida?